domingo, 11 de junio de 2017

La Historia Interminable: Viaje al Centro de Fantasia

15/04/2017

Bastián, junto con sus compañeros de viaje, emprendió un viaje para regresar a su mundo. En una noche, cerca todavía de la ciudad del torneo, empezaron a escuchar unos llantos, pero había tanta oscuridad que no podían reconocer de quién o quiénes eran. Como Bastián tenía a Al-Tsahir, pudo iluminar el valle del que provenían los lloriqueos, dejando así a los ayayái visibles. Estos, empezaron a lamentarse al saber que alguien había visto su fealdad. Entre lamentos, Bastián se apiadó de ellos y les prometió embellecerlos. Les dijo que, tras dormir, podrían salir de su envoltura y se convertirían en bonitas mariposas, los schlabuffos, los que siempre ríen. Muy agradecidos, los ayayái siguieron sus órdenes, y al día siguiente, estaban sobrevolando el cielo, aunque empezaron a destrozar los edificios de seda de plata de la ciudad cercana, hasta que Bastián intervino, haciendo que las polillas-payaso lo molestaran. Estas, le llamaban por su nombre, pero con modificaciones, haciendo que Bastián olvidara su auténtico nombre a causa de AÚRYN, tras pedir el deseo para hacer más felices a los que siempre lloran.
Volvieron a emprender el viaje, pero cada vez avanzaban menos. Además, Atreyu y Fújur se dieron cuenta de que Bastián había vuelto a perder la memoria. Yija, la mula, le dijo a Bastián el motivo del atraso del viaje, y era que, se dirigían a la Torre de Marfil, para volver a ver a la Hija de la Luna, pero ese deseo desapareció por un tiempo, y por eso no conseguían llegar más lejos. Pero, tras reflexionar un poco, Bastián decide dirigirse a donde iban antes, para poder devolverle la Alhaja a la Emperatriz Infantil. Además, durante el trayecto, fueron acoplándose más y más viajeros, que seguían a Bastián.
Durante el viaje, llegan a un edificio mágico, con forma de mano, donde habitaba Xayide, una maga que tenía un ejército de caballeros, quienes eran cáscaras vacías, que se movían a su voluntad. Y es que, llegan al castillo de Hórok, porque Xayide exigía que Bastián se rindiera y que jurase servirla para siempre, sin condiciones y sin oponerse. Tras derrotar su ejército, encuentran a Xayide, atemorizada, quien se convierte en sierva de Bastián tras su derrota.
Tras hablar con Xayide, decide “deshacerse” de Yija, a quien le dice que hay un caballo que será el padre de sus hijos que está enamorado de ella. Y la mula, ilusionada, se aleja trotando del campamento. Después, vuelve con Xayide, y esta le otorga un regalo: el cinturón Guémmal, un cinturón que hace que el que lo lleve sea invisible. Más tarde, llegan seis lechuzas, que piden que vayan a un monasterio, donde habitan tres Pensadores Profundos: Uschtu, la Madre del Presentimiento, Schirkrie, el Padre de la Visión, y Yisipu, el Hijo de la Sagacidad, cada uno con cuerpo humano, pero con cabeza de lechuza, águila y zorro, respectivamente. Desde el monasterio, observan el lugar donde se encuentra el libro de La Historia Interminable, el desván de un colegio, el colegio de Bastián. Pero, al irse del monasterio, Bastián se olvidó del desván, del colegio, del libro recubierto de seda… Y cómo había llegado a Fantasia.

Antes de llegar a la Torre de Marfil, Bastián descubre que Atreyu quería robarle el Signo de la Emperatriz Infantil, condenándolos a él y a Fújur, su cómplice, como traidores, expulsándolos del campamento. Al llegar al centro de Fantasia, Bastián recibe la desagradable sorpresa de que la Emperatriz no estaba, y Xayide consigue convencerle de que es porque ella quiere que él lo suceda y obtenga el título de Emperador Infantil, provocando que todos los fantasios, uno por uno, ante el suelo, tocaran el suelo con la frente tres veces, besar el pie derecho de Bastián y decir: “En nombre de mi pueblo y de mis congéneres te ruego a ti, a quien todos debemos nuestra existencia, que te corones Emperador Infantil de Fantasia.”. Habían pasado unas horas desde que empezó su coronación, hasta que un joven fauno llegó a la sala del trono, advirtiendo a Bastián sobre el peligro que suponía Atreyu en ese momento, ya que había conseguido reunir tres ejércitos. Bastián se tuvo que enfrentar a Atreyu, cara a cara, y en su enfrentamiento, le clavó Sikanda a Atreyu en el pecho, haciendo que empezara a sangrar. Tras su derrota, Fújur se lo llevó, y Bastián empezó a perseguir a Atreyu “hasta el fin del mundo”.